La bajante histórica del Paraná afecta no sólo al río sino también a los bañados, esteros y lagunas de sus alrededores que viven gracias a él. Juntos conforman un ecosistema que da vida a cientos de especies. Hoy estos ambientes están sufriendo la falta de agua. Además, algunas actividades humanas agravan el panorama.
Río Paraná
Intensa por sus marcas, persistente por la larga duración y amplia por la zona geográfica que abarca, la bajante histórica del Paraná no ofrece perspectivas de cambio en el horizonte cercano. Especialistas analizan las posibles razones del fenómeno y cuánto se puede vincular con el cambio climático global.
En estos días, las costas de Puerto Madero, San Isidro, San Fernando y Tigre muestran aguas de un color verde intenso a raíz de la multiplicación de un tipo de bacterias. Originado por causas naturales y de contaminación, este fenómeno supone riesgos para la salud de las personas, de los animales, y promete mantenerse toda la temporada.
A partir del estudio de datos registrados durante más de un siglo, un equipo de investigadores detectó que los períodos de mayor actividad solar coinciden con las etapas de mayor caudal del río Paraná. Además, los científicos también encontraron que el Sol influye en las nevadas en la montaña.