En un hecho inédito para la astronomía, se lograron detectar ondas gravitacionales originadas por la colisión de dos estrellas de neutrones a 130 millones de años de luz de la Tierra. Las ondas gravitacionales, que hasta hace poco más de un año eran solo teoría, pasaron ahora a convertirse en información valiosa para entender el devenir del Cosmos.
Mario Díaz
Los estadounidenses Reiner Weiss, Barry Barish y Kip Thorne, se llevaron el prestigioso galardón otorgado por la Real Academia Sueca gracias a su investigación sobre las ondas gravitacionales predichas por Albert Einstein hace un siglo. Mario Díaz, uno de los tres argentinos que colabora en el proyecto LIGO, ahora como profesor visitante a Exactas UBA, contextualiza el logro.
En la fría oscuridad del universo, no todo es quietud y tranquilidad. Existen vibraciones y luces muy intensas, capaces de recorrer distancias siderales durante miles de millones de años. Son ondas que viajan a la velocidad de la luz y permiten estudiar los fenómenos más complejos que pueden existir, desde agujeros negros hasta explosiones de supernovas. Si bien su predicción teórica fue realizada en el siglo pasado, actualmente se pueden detectar experimentalmente y esto constituye el comienzo de una nueva era para la astronomía y la comprensión del cosmos. En nuestro país, el proyecto TOROS observa el cielo con el fin de detectarlas.
Mario Díaz es uno de los tres investigadores argentinos que forma parte de LIGO, la colaboración científica que en septiembre del año pasado revolucionó la física al confirmar la existencia de ondas gravitacionales. De paso por Buenos Aires, Díaz mantuvo una charla con NEX en la que analizó la importancia de este hallazgo y anticipó que, en el corto plazo, habrá muchas más detecciones de ondas gravitacionales.