
El hallazgo, en la zona del cañón del Atuel, en Mendoza, de numerosas huellas de organismos marinos de hace unos 400 millones de años refuta la hipótesis acerca de cómo eran los ecosistemas marinos más profundos.
El hallazgo, en la zona del cañón del Atuel, en Mendoza, de numerosas huellas de organismos marinos de hace unos 400 millones de años refuta la hipótesis acerca de cómo eran los ecosistemas marinos más profundos.
Como detectives del pasado, los geólogos especializados en icnología buscan en rocas sedimentarias rastros de fósiles. Saber de qué manera la flora y la fauna antiguas se fueron depositando y formando los estratos ahora rocosos, permitiría encontrar posibles áreas de interés petrolero y reconstruir la historia geológica del lugar de estudio.
La icnología es una disciplina surgida en los últimos cincuenta años y que se ocupa de estudiar el comportamiento fósil, es decir, analiza las huellas de seres que se desplazaron sobre la superficie terrestre hace millones de años. Pero esas huellas, además de contarnos cómo vivía el organismo en cuestión, permiten describir el ambiente en el que transcurrían sus días.