Un grupo de investigadores argentinos participa de la expedición global Misión Microbioma, liderado por la Fundación Tara Ocean, con el fin de estudiar los efectos del cambio climático en las poblaciones de fitoplancton en el talud continental. Estos microorganismos tienen un rol clave en la red trófica de los mares y en la captura de dióxido de carbono de la atmósfera.
fitoplancton
¿Qué es el viento? Aire en movimiento. Así de simple. Y sin embargo, es mucho más, sobre todo en Patagonia. Es que cuando las ráfagas avanzan en la región más austral del continente, llevan consigo polvo y ese polvo aporta nutrientes al mar, que resultan fundamentales para la vida en el océano, pero también podrían transportar bacterias y virus.
Producen el 10 por ciento del oxígeno del planeta, viven en la zona iluminada de los océanos y constituyen la fracción más pequeña del fitoplancton. A partir de un trabajo internacional liderado por el biólogo argentino Pedro Flombaum, se logró establecer dónde están, cuántos son y cómo aumentarán hacia el año 2100.
Ricardo Matano, oceanógrafo argentino, hoy en la Universidad de Oregon de Estados Unidos, estudia modelos que simulan fenómenos para entender los motivos de la gran productividad de fitoplancton o plantas flotantes, que convierten al Atlántico Sur en una zona sumamente fértil.
Al oeste de la Península Antártica, unos diminutos vegetales de los océanos, conocidos genéricamente con el nombre de fitoplancton, que están muy alejados de la civilización parecen sufrir sus contaminantes. Desde hace más de veinte años, científicos argentinos siguen de cerca sus vaivenes en tiempos de cambio climático.
Un estudio que combina las erupciones volcánicas de los últimos quince años con datos meteorológicos e imágenes satelitales de los niveles de clorofila en los mares, permite conocer de qué manera influyen las cenizas volcánicas en la abundancia de fitoplancton en los océanos. Dado que estos microorganismos marinos cumplen un rol central en la regulación del dióxido de carbono atmosférico, esa información es clave para conocer la evolución del calentamiento global.