A partir del estudio de genes de moscas que se alimentan de cactus alucinógenos, un grupo de investigadores avanza en la descripción de los mecanismos de adaptación a alcaloides desarrollados por poblaciones humanas de los Andes. Chamanismo y ritos ancestrales como posibles disparadores de un proceso de coevolución genético cultural.
Drosophila melanogaster
La variación de la temperatura puede modificar la acción de los genes asociados al tamaño corporal, según un equipo de investigadores de Exactas-UBA que realizó una serie de experimentos con la mosca de la fruta. Así, el tamaño de una mosca adulta no es resultado exclusivo de la acción de un conjunto de genes sino también de factores ambientales.
La estadounidense Trudy Mackay recibió el título de doctora honoris causa de la UBA. Sus investigaciones se orientan a la comprensión de los factores genéticos y ambientales que afectan la variación de rasgos cuantitativos, y su modelo es la mosca de la fruta, Drosophila melanogaster. Finalizada la ceremonia, Noticias Exactas entrevistó a la científica.
Investigar cómo funciona la adaptación de los organismos a temperaturas extremas y la longevidad es la tarea de Fabián Norry y su equipo. Utilizando como organismo modelo a la mosca de la fruta -Drosophila melanogaster- los investigadores estudian el estrés ambiental que afecta la distribución, abundancia y evolución de los seres vivos.