En la Base San Martín están ultimando los detalles para poner a punto el detector de radiación Cherenkov para observar rayos cósmicos. Sería el más austral del mundo y el segundo equipo de este tipo instalado en bases nacionales en la Antártida. En ambos casos fueron desarrollados por especialistas de la Argentina, dentro de un proyecto latinoamericano. Saber qué ocurre en el espacio puede advertir peligros para satélites, que son claves en la vida cotidiana de la Tierra.
Sergio Dasso
Neurus cazó rayos cósmicos y acaba de mostrar sus primeros resultados. Instalado en la Antártida, este detector de partículas del Cosmos fue desarrollado por especialistas en la Argentina dentro de un proyecto latinoamericano, y funciona con éxito desde 2019. Sus observaciones buscan colaborar con el desarrollo de una meteorología espacial que permita advertir a tiempo perturbaciones que pueden dañar equipos satelitales e impedir comunicaciones en la Tierra.
Cada vez es mayor la cantidad de actividades que se desarrollan en la superficie terrestre que dependen de servicios proporcionados por satélites. Cualquier interrupción en su funcionamiento puede ocasionar pérdidas millonarias e incluso poner en peligro la vida de personas. De allí la necesidad global de avanzar en el campo de la meteorología espacial. En América Latina, varios países transitan un proceso de colaboración con el objetivo de lograr un monitoreo regional.
Ya está funcionando en Marambio el primer detector de rayos cósmicos instalado en una base argentina. El dispositivo, totalmente desarrollado en el país, es el más innovador de todos los que se encuentran en el continente blanco. La información recolectada colaborará en el pronóstico de eventos de “space weather”, como las tormentas geomagnéticas, que pueden afectar el funcionamiento de satélites y aviones.
La meteorología del espacio cuenta con el primer portal operativo en Argentina, que apunta a brindar información sobre el comportamiento del entorno espacial de la Tierra. Los diferentes eventos analizados pueden influir en los satélites, los servicios de geoposicionamiento y las telecomunicaciones. Fue desarrollado en Exactas UBA.
La radiación electromagnética y las partículas provenientes del espacio exterior pueden desencadenar tormentas en la alta atmósfera, y causar graves perjuicios en los satélites espaciales y las telecomunicaciones. El estudio de las condiciones que hacen a la atmósfera más vulnerable ante estos eventos resulta esencial para predecirlos y mitigar sus consecuencias.