En la cuenca argentina del océano Atlántico se encuentra, proveniente de la Antártida, el agua profunda más fría del planeta. Un relevamiento llevado a cabo por un consorcio internacional frente a la costa de Uruguay, en profundidades de más de 4.700 metros, detectó que su temperatura viene aumentando durante la última década.
calentamiento global
La Corriente de Brasil en el Atlántico Sur viene aumentando la temperatura desde hace tres o cuatro décadas. Esto genera que algunas especies de peces e invertebrados se desplacen hacia el Sur en busca de aguas más frías. Estas alteraciones, que repercuten en el equilibrio marino y en la industria pesquera, son analizadas en investigaciones publicadas recientemente.
Que el Polo Sur bata marcas de temperatura es imaginable por lo extremo de su ubicación. Lo llamativo es que esos récords no sean producto del frío, como es esperable, sino del calor. Un estudio científico detectó que la zona más austral del planeta experimentó un aumento significativo de la temperatura de 0,6°C por década, tres veces mayor al promedio mundial.
El domingo 15 de diciembre concluyó la última cumbre mundial del clima, se esperaba que fuera la más ambiciosa de la historia por la emergencia climática que experimenta todo el planeta. Sin embargo, en los documentos finales, las metas propuestas no tuvieron lugar. Las gestiones de Chile, al frente de las negociaciones, no contribuyeron a sortear las dificultades en el acuerdo, ni tampoco la postura de las grandes potencias. El panorama general es desalentador.
¿De qué manera contribuye la producción agrícola al calentamiento global? ¿Cuáles son las claves que hacen que la tierra se convierta en fuente o sumidero de carbono? ¿Cómo salir del círculo vicioso de cambio climático y degradación de los suelos? Uno de los autores argentinos del último informe del IPCC que recorre todas estas cuestiones, comenta y opina sobre su contenido, y además, señala qué caminos debe recorrer nuestro país para avanzar hacia una agricultura “climáticamente inteligente”.
A partir del análisis del clima en un período de 30 años, climatólogas de Exactas UBA vaticinan para noviembre, diciembre y enero más días con temperaturas que superarán las marcas habituales de calor, tanto mínimas como máximas, en gran parte de la Argentina.