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Detección experimental de fenómenos Una sorpresa tras otra

En la fría oscuridad del universo, no todo es quietud y tranquilidad. Existen vibraciones y luces muy intensas, capaces de recorrer distancias siderales durante miles de millones de años. Son ondas que viajan a la velocidad de la luz y permiten estudiar los fenómenos más complejos que pueden existir, desde agujeros negros hasta explosiones de supernovas. Si bien su predicción teórica fue realizada en el siglo pasado, actualmente se pueden detectar experimentalmente y esto constituye el comienzo de una nueva era para la astronomía y la comprensión del cosmos. En nuestro país, el proyecto TOROS observa el cielo con el fin de detectarlas.

Capa de ozono La cicatriz de la atmósfera

Cada año la primavera desnuda el agujero de ozono. A través de las imágenes satelitales se ve una mancha violeta sobre la Antártida que luego se esparce sobre Argentina y Chile mientras llega el verano. Aunque los pronósticos son optimistas respecto a la recuperación de la capa, el proceso llevará unos ochenta años. Hasta que eso suceda, los investigadores monitorean la pérdida de ozono y su principal consecuencia: la llegada de la radiación solar ultravioleta a la Tierra.