Dos grupos de investigación diseñaron nanopartículas que pueden encapsular drogas, transportarlas y descargarlas de manera controlada en el interior de distintos tipos celulares, a partir de un método de fabricación que, por su simpleza, permite su producción a bajo costo. La estrategia es aplicable en ensayos clínicos para tratar el Parkinson, la insuficiencia cardíaca o la diabetes, entre otras enfermedades.
Mercedes Perullini
Un ecosistema en miniatura, formado por un crustáceo y un alga, pudo ser encapsulado en una matriz de sílice y podría emplearse para fabricar sensores capaces de ser usados en ensayos de ecotoxicidad. Así se podrían dar alertas tempranas acerca de la contaminación en un ambiente acuático.
En el Laboratorio de Superficies y Materiales Funcionales los investigadores sintetizan y caracterizan materiales con actividad biológica. Para ello confinan sustancias biológicas en matrices inorgánicas porosas, formando un ensamble con características propias.
Investigadores de ExactasUBA desarrollan dispositivos en cuyo interior pueden crecer y reproducirse todo tipo de células vivas, como bacterias, hongos y algas. Estos biosensores funcionan como dispositivos de alerta temprana porque son capaces de detectar concentraciones muy bajas de contaminantes presentes en cursos de agua.