Un nuevo satélite internacional permitirá obtener mediciones más precisas de las dinámicas de ríos y océanos. Se estima que mejorará los estudios del cambio climático y la comprensión del ecosistema marino. Un equipo argentino es uno de los pocos del mundo que participará en la etapa de validación y calibración.
Oceanografía
Ricardo Matano, oceanógrafo argentino, hoy en la Universidad de Oregon de Estados Unidos, estudia modelos que simulan fenómenos para entender los motivos de la gran productividad de fitoplancton o plantas flotantes, que convierten al Atlántico Sur en una zona sumamente fértil.
Escolares, guiados por investigadores y profesores, relevaron la basura arrojada a lo largo de los 4 mil kilómetros de la costa chilena. Este proyecto de ciencia ciudadana, que comenzó en 2007, en Coquimbo, ahora se expande por el Pacífico y pretende llegar hasta México. Su alma mater, el oceanógrafo Martin Thiel, relata la experiencia.
Hasta ahora se creía que las aguas brasileras cumplían un rol crucial en la pérdida de varias de nuestras especies de interés comercial. Ahora, un estudio refuta esa hipótesis y demuestra que, por el contrario, las aguas brasileras ayudan a conservar nuestros recursos.
El cambio climático, su posible influencia sobre las pesquerías en el Mar Argentino o la conservación de especies son algunas de las temáticas que aborda VOCES, un proyecto de investigación sobre ecosistemas oceánicos de Sudamérica. Científicos, educadores e integrantes de organismos relacionados con la pesca de varios países del continente evalúan los impactos en los grandes ecosistemas marinos.
Por primera vez comprueban que en el fondo del mar hay corrientes intensas, un hecho inesperado y no previsto por los modelos vigentes en el Atlántico Sudoeste. Este hallazgo es uno de los tantos que surgen de las exploraciones de un equipo científico de Argentina y Francia.