Un grupo de investigación de Exactas UBA probó con éxito sustancias que funcionan como repelentes de mosquitos. Se trata de compuestos de origen natural que, a diferencia de los productos sintéticos que se utilizan hoy en día, actúan sobre el sistema gustativo del animal y, por lo tanto, son más efectivos y tienen mayor duración.
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En distintos barrios porteños ya se registró actividad del mosquito Aedes aegypti, el insecto que transmite dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla.
El mosquito Aedes aegypti, transmisor de dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla, avanza sobre el territorio argentino y parece no tener límites. Un estudio científico revela nuevas habilidades del insecto para conquistar regiones cada vez más frías.
Un experimento efectuado durante el invierno en la provincia de La Pampa mostró que los huevos del mosquito transmisor del dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla recolectados en la Ciudad de Buenos Aires pueden adaptarse exitosamente a las condiciones más adversas de la estación fría pampeana.
Un experimento efectuado con el mosquito transmisor de dengue, Zika, chikunguña y fiebre amarilla muestra que, “en la vida real”, al insecto no le va tan bien como se estima en el laboratorio. Esa es la buena. La mala es que un recipiente abandonado puede servir de criadero para el desarrollo de las larvas independientemente del tiempo que haya sido dejado a la intemperie.
Un trabajo efectuado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA refutó una aseveración sostenida durante décadas por la comunidad científica. Es una investigación sobre el Aedes aegypti, transmisor de dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla, que confirmó que el mosquito cuenta con un mecanismo clave que aumenta su probabilidad de supervivencia en lugares con largos inviernos.