Cumbre sobre Cambio Climático en Copenhague

La previa del informe final

La experta argentina Matilde Rusticucci responde desde Dinamarca sobre los avances del informe final que está concluyendo de elaborar el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, y que se dará a conocer el domingo.

31 Oct 2014 POR
La especialista Matilde Rusticucci (derecha) durante las jornadas de la reunión del IPCC, en Copenhague.

La especialista Matilde Rusticucci (derecha) durante las jornadas de la reunión del IPCC, en Copenhague.

Como ocurre cada 4 años, los delegados de más de 100 gobiernos, asesores y científicos especializados en los procesos de cambio climático se reúnen para definir un informe final, después de intensos trabajos y febriles negociaciones. Este 5to. informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), ofrecerá un reporte, a manera de síntesis, destinado a los países miembros de las Naciones Unidas. El reporte podrá utilizarse como guía para que las naciones puedan implementar políticas para palear el cambio climático y disminuir sus posibles consecuencias.

Como miembro del IPCC, la profesora de Exactas UBA e investigadora del CONICET, Matilde Rusticucci, se encuentra en Copenhague, Dinamarca, participando de la reunión que comenzó el 27 y finaliza hoy, 31 de octubre. Rusticucci es coordinadora de autores de un capítulo del Grupo de Trabajo 1 (que trata las bases físicas del cambio climático) e integrante del grupo de autores del reporte.

¿Cómo fueron los pasos previos a la elaboración del reporte final?

– Este informe se vino elaborando desde hace más de dos años. Se escribieron tres borradores que fueron evaluados por todos los expertos que así lo desearan, ya que el proceso es abierto a todos los países. La última versión fue puesta a discusión con los gobiernos y se terminó el borrador final, con esas revisiones sugeridas, que es lo que se está poniendo a consideración, palabra por palabra, esta semana.

¿Palabra por palabra? ¿Es tan así?

– Absolutamente. Las discusiones se basan en dos temas, y uno es el lenguaje. La interpretación que los científicos físicos hacemos de ciertas variables no es la misma que hacen las otras ciencias o los tomadores de decisión. Por ejemplo, nosotros decimos: “la precipitación presentó una tendencia positiva”. La objeción es que la palabra “positiva” indica una valoración sobre la tendencia que se puede malinterpretar como buena; por lo tanto, se cambió a “creciente”. Las principales dificultades en el lenguaje se manifiestan en que los representantes aquí reunidos tienen que llegar a sus países e informarles a sus ministros lo que quiere decir el informe, y suponen que tendrán serias dificultades si el lenguaje no es lo más llano posible.

– ¿El otro tema, aparte del lenguaje?

– El otro gran tema subyacente es que los resultados tienen un gran impacto en las políticas internacionales, por lo tanto, lo que se diga se toma como base para las negociaciones, aunque no es prescriptivo… Por lo tanto, hay quienes ponen énfasis en una parte del mensaje y quienes la quieren poner en otra. Algunos ejemplos son: adaptación vs. mitigación, emisiones actuales vs. históricas.

– ¿Cómo se trabaja con las posibles interpretaciones de los resultados científicos en el informe general?

– Durante el proceso de evaluación se relevan todos los trabajos publicados en revistas que hayan pasado por un proceso de revisión y, por supuesto en inglés, para asegurar la trazabilidad de los mismos. Imaginate, si estuvieran escritos en chino o coreano, o cualquier idioma muy local, sería imposible comprobar lo que dice de manera fehaciente por alguien que no hable ese idioma. Por lo tanto, lo que se manifiesta acá es el resultado de aquellos trabajos. Por ejemplo, si se dice que en una región se ha probado que el cambio climático ocasionó impactos en la ocurrencia de sequías, no quiere decir que en otro lugar del mundo, en el que hay sequías, el cambio climático no haya sido el que las ocasionó sino que no hay trabajos que lo muestren. Esto lleva a que los países con menor cantidad de trabajos publicados -en general, países con menor desarrollo-, objeten resultados que muestran “blancos” en sus regiones, aun sabiendo que el clima ha cambiado, que tienen sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar y grandes impactos en sus actividades agrícolas, por ejemplo.

– ¿Eso complica para exigir que los gobiernos de esos países tomen acciones concretas?

– Ocurre eso, pero si llegara un mensaje del tipo “se necesitan más trabajos y evaluaciones locales para poder tomar medidas de adaptación que impidan que los impactos del cambio climático se transformen en desastres”, sería óptimo. Habría que proponer que los países desarrollados promuevan estudios locales, considerando a los científicos locales, aprovechando el conocimiento nativo. Otra cuestión que hay que destacar es la discusión sobre los temas que implican definiciones de países desarrollados o en desarrollo. Son las que están demorando el proceso de consenso notablemente. Toda referencia a pobreza, y su relación con desarrollo sostenible, sobre demorar acciones de mitigación y sus consecuencias, lleva mucha discusión.