Química

Los colores de la virgen

Un trabajo realizado por químicos e historiadores demuestra que los pigmentos utilizados para dar color a la imagen de la Virgen de Copacabana no fueron importados de Europa, sino que son naturales y fueron elaborados a partir de atacamita, un mineral presente en yacimientos de la Puna.

4 Mar 2013 POR

Virgen de Copacabana. Foto: Carlos Rúa Landa. Journal of Raman Espectroscopy (2012).

Entrevista a Marta Maier
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El color, uno de los elementos más expresivos en el arte, es el resultado de complejas técnicas y del empleo de los pigmentos adecuados. Pero, si se trata de arte religioso, se agrega el valor simbólico tanto del color como de los materiales. Por ello se hace importante conocer qué pigmentos usaban los artistas en los primeros siglos de la colonización española en América. Es en aquellos años en que se forjaron las obras religiosas que hoy se pueden apreciar en los numerosos templos emplazados en estas regiones y que formaron parte del proceso de evangelización llevado a cabo por la corona española.

Al estudio de esas obras están abocados no sólo los historiadores del arte, sino también los químicos. Es así que Marta Maier, profesora en el Departamento de Química Orgánica de Exactas-UBA, junto con Eugenia Tomasini, becaria postdoctoral de CONICET, y Gabriela Siracusano, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural–UNSAM, acaban de determinar cuál fue el pigmento empleado para dar color al velo de la virgen de Copacabana, que se encuentra en el Santuario del mismo nombre, ubicado a orillas del lago Titicaca, en Bolivia. Los resultados se publican en el Journal of Raman Spectroscopy.

“Lo novedoso es que el pigmento verde utilizado en el velo de la virgen es atacamita, técnicamente es un cloruro de cobre básico, un mineral de color verde que está presente en yacimientos del norte de Chile”, afirma Maier, que también es investigadora del CONICET.

La atacamita debe su nombre a que fue identificada como tal por primera vez en el desierto de Atacama. Se forma por oxidación a partir de otros minerales de cobre primarios -sulfuros generalmente- en las condiciones especiales que se dan en un clima árido desértico.

Los investigadores, al analizar una muestra del material, sospecharon que podía tratarse de atacamita natural. El problema es que ese pigmento puede ser un producto de corrosión de otros materiales, como el cobre, o de otros pigmentos a base de cobre que pueden sufrir transformación. “En este trabajo, lo importante era demostrar que no era un producto de corrosión a partir de otro producto de cobre, sino que era atacamita. Y que era natural. Porque la atacamita también se puede sintetizar”, señala Maier.

Policromía dorada

La imagen de la virgen de Copacabana, la más venerada en Bolivia, es una escultura polícroma de poco más de un metro de altura. Fue tallada en madera de maguey y tela encolada, por el artista de origen aimara Francisco Tito Yupanqui en 1582; para su policromía se aplicó dorado a la hoja y estofado, una antigua técnica muy utilizada en Europa, que combinaba el uso de pigmentos y el oro.

Los investigadores analizaron también la técnica del dorado. Según explican, el artista realizó primero una base de yeso, arriba de ésta colocaba una arcilla rica en hierro, y todo se cubría con una capa de hojas muy finas de oro. Por encima, se colocaba otra base de un pigmento blanco y después la atacamita.

El análisis aplicado sobre la técnica utilizada permitió a las investigadoras contrastar dichos resultados con lo que las fuentes escritas exhibían. En este sentido, la historiadora del arte Gabriela Siracusano señala que, “gracias a la crónica de Ramos Gavilán de 1621, sabemos que Tito Yupanqui aprendió a dorar y estofar la imagen junto a un maestro en La Paz, luego de un largo recorrido y varios intentos fallidos”. Y destaca: “Por otra parte, el uso de la atacamita resulta significativo, ya que no forma parte de la paleta europea y sus usos en la región andina están ligados a prácticas funerarias”.

Técnicas de análisis

¿Cómo se determinó que se trata de un pigmento natural? “Estudiamos la morfología de los cristales de la atacamita, que son irregulares, mientras que en los materiales sintéticos los cristales son esferas muy similares, porque se obtienen en un proceso más controlado que en un proceso natural”, detalla Maier, y agrega: “Además nos fijamos en componentes minoritarios en los cristales, que no están presentes en los productos sintéticos”.

Los investigadores aplicaron técnicas de microscopía de barrido electrónico y espectroscopía Raman para determinar en detalle las características y propiedades del material.

Conocer qué pigmento utilizaban los artistas coloniales es importante porque permite revalorizar las técnicas y los materiales empleados, pues nos dice que no todo se importaba de España y Europa, sino que también se empleaban pigmentos locales.

Por otro lado, los investigadores resaltan que la imagen de la Virgen de Copacabana tiene una gran carga religiosa e histórica, y, por ello, conocer que se trataba de un pigmento local permitirá ahondar en los significados simbólicos de la obra.

A partir del conocimiento obtenido, surgen nuevas preguntas, por ejemplo, qué significaba ese pigmento para el autor de la obra y qué valor tenía emplear atacamita en una virgen, que fue realizada por un indígena que se había convertido al catolicismo.

Por otra parte, Maier destaca: “Nosotros vamos incorporando a nuestra base de datos nuevos pigmentos que antes no habían aparecido, y ello enriquece nuestro conocimiento sobre pigmentos, colores y formas de trabajarlos”.