Vera Brudni. Foto: Diana Martinez Llaser. Exactas-Comunicación.
Décima edición del concurso INNOVAR

Pequeñas mejoras, grandes soluciones

El Concurso Nacional de Innovaciones organizado por el Ministerio de Ciencia cumple 10 años. La convocatoria para la edición 2014 presenta nuevas categorías y entregará un millón de pesos en premios. Vera Brudny, coordinadora de la iniciativa, analizó la evolución del certamen desde su creación hasta la actualidad, detalló las novedades para este año y adelantó cambios para el futuro.

15 Jul 2014 POR
Vera Brudni. Foto: Diana Martinez Llaser. Exactas-Comunicación.

Vera Brudni, coordinadora del Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación del MINCYT. Foto: Diana Martinez Llaser. Exactas-Comunicación.

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Desde su primera edición, en el año 2005, el Concurso Nacional de Innovaciones organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, se ha convertido en el espacio más importante del país para que investigadores y emprendedores de muy variados campos puedan encontrar apoyo para que sus creaciones tengan la oportunidad de llegar y difundirse en el mercado.

Desde sus inicios hasta el 2013, se presentaron en INNOVAR cerca de 20 mil propuestas con diverso grado de novedad y nivel de realización, de las cuales fueron evaluadas, hasta el año pasado, poco más de 12 mil. De estos proyectos, más de 4.700 fueron incluidos en los catálogos y las exposiciones que, desde el año 2011, se llevan a cabo en  Tecnópolis.

En esta edición 2014, se destinará un millón de pesos en premios que se repartirán entre los ganadores de las nueve categorías incluidas en el certamen: las clásicas “Producto innovador” e “Investigación aplicada”; “Innovación en la universidad”, que se sumó el año pasado, y las seis nuevas que se incorporan este año: “Agroindustria”, “Alimentos”, “Equipamiento médico”, “Tecnología para la discapacidad”, “Energía” y “Fitomedicina”. Los máximos ganadores se llevarán 50 mil pesos. Además, se entregará la distinción “INNOVAR” que consiste en una asignación adicional de 120 mil pesos para el o los proyectos que el jurado elija entre los ganadores de todas las categorías.

Vera Brudny, ex secretaria Académica de Exactas y actual coordinadora del Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación del MINCYT, es la responsable de llevar adelante la convocatoria INNOVAR 2014.

– ¿Cuáles son las novedades de la convocatoria de este año?

– Este año hemos agregado nuevas categorías. Estas categorías las hemos elegido específicamente teniendo en cuenta el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación “Argentina Innovadora 2020”. La idea es que el concurso genere sinergia con otras políticas del Ministerio, en particular, y del gobierno, en general. La elaboración de ese Plan nos ha permitido identificar áreas que son, por un lado, de vacancia y, por otro, que tienen potencial para desarrollarse por las capacidades que ya existen en el país. Entonces, lo que estamos tratando de hacer, es que esas  potencialidades se vean reflejadas e incentivadas a través del concurso. También, por segundo año, tenemos la categoría “Innovación en la Universidad” que está destinada a estudiantes de carreras científicas y tecnológicas que realicen un proyecto con características innovadoras en el marco de sus estudios, como tesis de grado o proyecto final para una materia. El año pasado esta categoría tuvo bastante éxito, a pesar de que era nueva.

– Para esta edición se logró reunir un millón de pesos en premios.

– Sí, es un monto importante. Ese monto se divide entre varios premios de las distintas categorías. Pero me gustaría destacar que, lo que la persona que se presenta a este concurso obtiene no pasa sólo por el premio monetario que puede aspirar a recibir, sino también por la posibilidad de presentarse en la exposición que hacemos todos los años con un conjunto más grande de productos que aquellos que son premiados, y de participar en el catálogo que realizamos y que también incluye muchos más productos que los premiados. Estas dos instancias, tanto el catálogo como la exposición, son oportunidades para que estos productos se muestren, sean vistos por potenciales inversores, se produzcan interacciones entre personas que tienen distintas capacidades y pueden complementarse dando origen a colaboraciones, y para generar en todo el público un interés por esta cultura innovadora que permita que nuevos actores se interesen, no sólo por participar en el concurso, sino por generar e incorporar innovación a  procesos y productos que ya se vienen elaborando a nivel industrial.

– ¿Cómo definiría el concepto de innovación que toma el concurso?

– Para nosotros la innovación se relaciona con agregar conocimiento a un determinado producto o proceso de manera tal que le permita desarrollar una ventaja diferencial a partir de detectar una necesidad que no está siendo cubierta por los productos estándar o de encontrar una necesidad de un público específico que no está siendo atendido. La innovación es agregar algo nuevo, que no necesariamente es un invento, sino que es una característica diferencial que hace que un producto tenga más valor, valor que no necesariamente debe ser económico sino que puede ser valor social. Apuntamos a que una buena idea que no se le había ocurrido a nadie antes, pueda aparecer y pueda generar un producto que haga la diferencia.

– ¿Puede darnos algún ejemplo como para que el concepto quede más claro?

– El concepto es sumamente amplio. Podemos ir desde innovaciones basadas en agregar conocimiento que surge de un grupo de investigación, que es novedoso, que mueve la frontera de conocimiento y que se transforma en un producto que puede ser utilizado por la comunidad, como es el caso de uno de los productos ganadores del año pasado: la vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, o un kit para la detección temprana de la enfermedad de Chagas. Después, hay ejemplos distintos, como un vehículo para facilitar la movilidad de personas con discapacidad -otro de los ganadores del año pasado-, que es una especie de plataforma con ruedas en la que puede subirse una persona en su silla de ruedas y desde su silla manejar ese autito eléctrico. Son conceptos que ya existían pero que se integran de manera novedosa para generar una solución para una necesidad específica para un público específico. Otro ejemplo que a mí me gusta mucho, es una trituradora de vidrios para facilitar su reciclado en pequeñas comunidades, minimizando los riesgos para la salud y abaratando costos. No es algo que tenga un impacto comercial importante sino que simplemente se trata de una buena idea para resolver una situación que es perjudicial para un determinado grupo de personas. Y también, tenemos el caso del famoso aerosol que se utiliza para marcar la distancia de la barrera en los tiros libres en el fútbol que, en este momento, está siendo utilizado en el Mundial de Brasil. Estamos muy orgullosos de que un desarrollo que pasó y ganó un premio en nuestro concurso hoy esté siendo utilizado en un evento observado por millones de personas en todo el mundo. En definitiva, innovar se trata de variar algo. Esa variación puede ser grande o pequeña, pero lo importante es que debe generar una solución novedosa para un problema existente.

– Esta es la décima convocatoria de INNOVAR, ¿qué balance puede hacer de la evolución que ha tenido el premio durante esta década?

– Por un lado estamos muy contentos de que esto haya sido una iniciativa que se sostuvo durante 10 años y que haya venido creciendo y mejorando durante este lapso. Esto fue y sigue siendo una instancia de aprendizaje, aprender a llegar al público, a evaluar los proyectos. En este sentido, el concurso es algo vivo que sigue evolucionando. Pero también es necesario poner esto en el contexto de lo que fueron los últimos diez años en la vida del país. Son diez años donde, a través de las políticas públicas, se fomentó la innovación, la ciencia, la tecnología y la incorporación de conocimiento y de tecnología a las cadenas productivas. En ese marco, creo que el concurso ha ido acompañando y ayudando a todas esas políticas. Hemos avanzado mucho pero todavía nos falta incorporar mucha innovación a nuestras empresas, a nuestras industrias, a nuestros productos. Y queremos, desde el concurso, seguir apuntalando este proceso y seguir mejorando las estrategias para lograrlo.

Vera Brudni. Foto: Diana Martinez Llaser. Exactas-Comunicación.

Vera Brudni. Foto: Diana Martinez Llaser. Exactas-Comunicación.

– ¿Han ido variando, con el correr del tiempo, las características de los proyectos que se presentan en INNOVAR?

– Yo creo que a lo largo de los años se han ido presentando más proyectos con características de mayor innovación en cuanto a conocimiento. Del estilo de los que te comentaba antes, como la vacuna contra el cáncer de pulmón o el kit para detección de Chagas, donde el conocimiento que se está generando en la frontera es trasladado a un producto que va a estar a disposición del público en algún momento. Me parece que cada vez tenemos más de ese tipo de productos conocimiento-intensivos. Eso es algo que queremos fomentar. La introducción de las nuevas categorías también apunta en esa dirección.

– ¿Qué elementos debería incorporar el concurso en el futuro?

– Mirá, por un lado, me gustaría tener más proyectos, sobre todo más proyectos originados en las universidades. También me gustaría poder hacer un mejor seguimiento de los proyectos. El concurso no está instrumentado como para que, una vez finalizado, podamos seguir la evolución de los proyectos. Les damos la posibilidad de exhibirse y dejamos que después construyan su propia historia. Eso está muy bien pero nos gustaría que las personas que pasan por el concurso nos contaran cómo siguió todo y cómo influyó el haber participado en el concurso. Tener un mayor feedback  sería muy útil para nosotros como organizadores y también para los futuros participantes. Por otro lado, nos gustaría encontrar mejores formas de articular el concurso con los diferentes instrumentos que tiene, tanto el Ministerio de Ciencia, como otros ministerios u organismos estatales, para financiar el desarrollo de proyectos una vez que pasaron por el concurso. Se trata de herramientas que no siempre son conocidas y aprovechadas por los participantes. Lo bueno es que yo creo que el concurso está muy instalado, que va a continuar y que vamos a encontrar mejores formas de aprovecharlo para generar una cultura innovadora para que nuestro sistema productivo y nuestros investigadores, ingenieros y diseñadores tengan la innovación como un horizonte en sus carreras profesionales.

– ¿Qué les dirías a aquellos que tienen un proyecto y están dudando entre presentarse y no hacerlo porque no saben si la idea que tienen es lo suficientemente buena como para participar de un concurso como INNOVAR?

– Yo les diría que se presenten porque el solo hecho de sentarse y armar la presentación ya es un aprendizaje; y porque, aunque no ganen, el hecho de pasar por el catálogo, por la exposición, genera una experiencia muy valiosa para poder mejorar su producto y sus estrategias de innovación.