Grupos de investigación

Hongos para crecer

Los inoculantes biológicos son fertilizantes constituidos por hongos o bacterias, que tienen capacidad para producir una germinación rápida de las semillas e incrementar el rendimiento de los cultivos. El equipo de investigadores dirigido por Alicia Godeas busca aislar, cultivar y caracterizar estos hongos para estudiar su efecto sobre las plantas.

7 Sep 2010 POR

Toda producción agrícola requiere de fertilizantes. La actual explosión que en esta materia se está produciendo en nuestro país, ha aumentado el uso de fertilizantes químicos nitrogenados y/o fosforados. Una alternativa para éstos es la inoculación con microorganismos que resultan benéficos, inducen una germinación rápida de las semillas, e incrementan el rendimiento del cultivo. Estos productos se conocen como inoculantes biológicos y suelen estar constituidos por microorganismos como hongos o bacterias.

“La formulación de bioinoculantes es nuestro objetivo”, dice –a modo de presentación– la Dra. Alicia Godeas, directora del grupo de investigación en Microbiología del Suelo del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental.

La posibilidad de desarrollar fertilizantes biológicos surge a partir de las investigaciones que los integrantes del grupo realizan con hongos del suelo. “Los hongos que estudiamos, cumplen varias funciones en el suelo”, explica la Dra. Godeas. “Intervienen en la descomposición de la materia orgánica poniendo a disposición de las plantas los nutrientes imprescindibles para su crecimiento; solubilizan a través de sus exudados, compuestos insolubles del suelo; transportan nutrientes, y también tienen una importante función en la agregación de partículas, aumentando así la porosidad del suelo”, explica la investigadora.

Una parte del trabajo realizado por el equipo de Godeas está vinculado con la microbiología básica y consiste en aislar, cultivar y caracterizar los hongos según su morfología, sus condiciones de crecimiento y ver su efecto sobre las plantas. Para ello, los científicos realizan experimentos en invernadero bajo condiciones controladas y trabajos de campo en parcelas experimentales.

El grupo de investigación está interesado en tres temas: micorrizas arbusculares; hongos endófitos de raíz, que son aquellos que en alguna etapa de su ciclo de vida permanecieron dentro de una planta hospedera y que son promotores del crecimiento vegetal, y hongos solubilizadores de fósforo.

La línea de investigación más antigua en el laboratorio es la de las micorrizas arbusculares. “Las micorrizas arbusculares (MAs) son las asociaciones simbióticas que se establecen entre las raíces de la mayoría de las plantas terrestres y ciertos hongos del suelo pertenecientes al phylum Glomeromycota”, dice Godeas. Se estima que aproximadamente el 95% de las especies vegetales conocidas, cuando crecen en su ambiente natural, establecen alguna forma de simbiosis con hongos del suelo. En esta asociación, tanto el hongo como la planta, se ven favorecidos. La planta le suministra al hongo sustratos energéticos y carbohidratos que elabora a través de la fotosíntesis, mientras que “el hongo le proporciona a la planta agua y nutrientes minerales –principalmente fosfatos– gracias a la red hifal que conecta las raíces entre sí y con el suelo, aumentando de esta manera la  zona de exploración de la raíz”, precisa la investigadora.

El estudio de estos hongos se dificulta debido a su incapacidad de completar su ciclo de vida en ausencia de una raíz. Por esto, el equipo de investigadores de la Dra. Godeas ha cultivado raíces in vitro como hospedantes, para permitir el desarrollo de la simbiosis y la obtención de grandes cantidades de esporas en poco tiempo. De esta manera han creado el primer banco de germoplasma in vitro de hongos del phylum Glomeromycota, utilizando raíces transformadas de zanahorias como hospedantes.

“Nuestro Banco de Glomeromycota in vitro (BGIV) nos permite la conservación y documentación de cepas aisladas a partir de diferentes áreas naturales y agrícolas de la República Argentina. Además proveemos, a los distintos centros de investigación y sectores industriales, germoplasma de alta calidad y libre de contaminantes”. El Banco ha sido registrado en el World Data Center for Microorganisms (Centro Mundial de Datos de Microorganismos), una organización que se dedica a registrar y mantener una amplia base de datos reconocida internacionalmente sobre colecciones de cultivos de todo el mundo.

«Este banco de micorrizas in vitro es único en el país y resulta muy importante porque nos permite realizar los estudios básicos necesarios para el desarrollo de biofertilizantes», comenta Godeas, quien junto a su equipo, ha logrado cultivar cuarenta en estado puro y otras en vías de purificación. «Es un número muy importante porque es similar al que manejan otros bancos en el mundo».

Con el trabajo conjunto de las tres  líneas de investigación que se llevan a cabo en el laboratorio, los investigadores estudian posibles combinaciones para desarrollar fertilizantes microbianos. «Los hongos, al permitir el crecimiento de las plantas en suelos erosionados y degradados, tienen un enorme potencial de uso, reduciendo la cantidad  de agroquímicos agregados al suelo», concluye Godeas.
 

Microbiología del Suelo (Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental)

Laboratorio 12, 4to. piso, Pabellón II, 4576-3300  interno 489 –

Dirección: Dra.Alicia Godeas

Investigadores: Dra. María A. Rodríguez, Dr. J. Martin Scervino, Dra. Nadia Venedikian.

Becarias de posgrado: Dra. Laura Fernandez Bidondo, Dra. M. Josefina Bompadre, Profesional de apoyo: Dra. A. Martínez.

Tesistas de doctorado: Roxana Colombo, Vanesa Silvani, Mariana Pergola,

Agustina Fernández Di Pardo, Marina Recchi, Ivana della Monica, Carolina

Rothen.

Tesistas de grado: Tai En Lo, Gabriela Cisneros y Pablo Stefanoni