Grupos de investigación

Escrito en la arcilla

Los filosilicatos son un grupo de minerales que pueden ayudar a descubrir la historia de las secuencias sedimentarias. Como también han estado presentes en numerosas actividades humanas desde hace mucho tiempo, son un importante elemento para descubrir parte de la historia de las culturas antiguas. A su estudio se aboca Margarita Do Campo, en el INGEIS.

31 Ago 2010 POR

Margarita Do Campo y su grupo de investigación. Foto: Diana Martinez Llaser

Las arcillas son los principales componentes de los suelos y los fangos que cubren la parte más externa de la superficie terrestre. El término arcilla también se refiere a un grupo de minerales: los minerales de arcilla o filosilicatos, que se encuentran muy extendidos en la corteza terrestre porque son constituyentes de muchos tipos de rocas. La característica fundamental de los filosilicatos es su disposición en capas, lo que les da un aspecto muy típico -muchos de ellos son hojosos o escamosos- lo que los hace fácilmente reconocibles. Además suelen ser blandos y poco densos.

En el INGEIS – Instituto de Geocronología y Geología Isotópica- trabaja Margarita Do Campo, doctora en Geología y especialista en el estudio de los minerales de arcilla o filosilicatos. “El estudio de estos minerales comprende tanto ciencia básica como aplicada; ya que tienen también numerosos usos industriales”, comienza su presentación la investigadora, quien aplica estos conocimientos a diversas líneas de investigación y trabaja con diferentes personas y en distintos temas.

“Con un grupo de colegas estamos estudiando la evolución de las cuencas sedimentarias de antepaís que se desarrollaron en el NOA como resultado de los primeros episodios de tectonismo y acortamiento que dieron lugar a los Andes”, explica Do Campo. “Trabajo con especialistas en sedimentología, tectónica y vulcanismo, e integramos toda la información para ir comprendiendo la evolución temprana de los Andes. Mi principal trabajo es el de laboratorio, para la identificación de los diferentes grupos de filosilicatos mediante difracción de rayos-X. También me ocupo del estudio de las muestras mediante microscopia de electrones de barrido (SEM) y de transmisión (TEM)”, sostiene. El  TEM permite estudiar los filosilicatos a la escala de sus capas atómicas (de apenas decenas de angstroms). “En un TEM, empleando alta resolución, se pueden estudiar tipos de apilamiento de las capas dentro de la estructura, defectos de los filosilicatos, etc.”, comenta Do Campo, quien realiza estos estudios en colaboración con el profesor Fernando Nieto de la Universidad de Granada, especialista en estudio de filosilicatos mediante TEM.

“Los minerales de arcilla pueden servir como indicadores paleoclimáticos, dado que los diferentes grupos se forman bajo condiciones físico-químicas diferentes. Además su estudio representa una poderosa herramienta para develar la historia de soterramiento de las secuencias sedimentarias, así como para deducir condiciones de formación en zonas de alteración hidrotermal”, completa.

Toda esta experiencia en el estudio de filosilicatos, le han permitido a la Dra. Do Campo abordar otros temas de investigación relacionados, no ya con las ciencias de la tierra, sino con los usos culturales de las arcillas. “Los minerales de arcilla están presentes en numerosas actividades humanas desde tiempos inmemoriales: en la confección de utensilios y vajillas de cerámica, en la construcción de viviendas, en la agricultura, etc.”, relata la especialista, quien trabaja con la arqueóloga Gisela Spengler y el arquitecto Guillermo Rolón estudiando materiales constructivos en tierra, tanto de la etapa prehispánica como de la etapa colonial. “Estos becarios se acercaron para plantearme su interés en realizar diversos análisis de laboratorio que permitieran caracterizar diversos materiales constructivos en tierra, procedentes de las provincias de Catamarca y La Rioja”, cuenta Do Campo. El objetivo de estos estudios es conocer las distintas técnicas empleadas por comunidades prehispánicas e históricas, como así también aportar herramientas que permitan tomar decisiones a la hora de conservar este patrimonio tan vulnerable.

Gisela Spengler estudia los vestigios de construcciones en tierra (adobe, tapia y quincha) en sitios arqueológicos prehispánicos, mientras que las investigaciones de Guillermo Rolón se centran en las construcciones en tierra de los últimos 200 años.

“Vinieron porque sabían que en el INGEIS contamos con un laboratorio de difracción de rayos-X, que permite identificar minerales y en particular estudiar arcillas”, dice Do Campo.

“Este trabajo interdisciplinario no me resultó difícil –relata Do Campo- porque ya tenía experiencia en el trabajo con arqueólogos. Aunque en otras oportunidades se habían acercado por temas más puntuales, como obtener una identificación de los minerales que componen un pigmento, una cerámica, etc. En cambio en este caso, la interacción está resultando más compleja y enriquecedora”. Tal es así, que según comenta Rolón, el trabajo conjunto los llevó a ampliar “el panorama que planteamos inicialmente para abordar estos temas”.

Los resultados obtenidos por el equipo fueron presentados en el Congreso de Arqueometría realizado en 2009, en Córdoba, y serán publicados en el libro La arqueometría en Argentina y Latinoamérica, que se encuentra en prensa. Por otra parte, el trabajo realizado con Guillermo Rolón será presentado en noviembre en el  Seminario Iberoamericano de Construcción con Tierra (SICOT) que se realizará en Salto, Uruguay.

Grupo de investigación en Minerales de arcilla (INGEIS – UBA-CONICET)

Pabellón INGEIS, Teléfono: 4783-3014

Directora: Margarita Do Campo

Tesista de doctorado: Gisela Spengler

Pasante: Guillermo Rolón