Gripe A (H1N1)

El camino hacia la vacuna

Después del pánico, llega la hora de pensar en el próximo invierno. Y, para el caso de prevenir epidemias, una herramienta fundamental es contar con la vacuna más específica, como la que ya empezó a distribuirse. En esta nota, los pasos para obtener una vacuna contra la gripe A (H1N1) y las posibilidades de que la Argentina llegue a tener producción propia de vacunas.

15 Sep 2009 POR

Todos los años, en una carrera contra el tiempo, unos pocos laboratorios en todo el mundo desarrollan una nueva vacuna contra la influenza humana. Es así que, todos los años, las personas que integran los grupos de riesgo de padecer esta enfermedad en su forma grave deben volver a vacunarse. ¿Por qué se repite este fenómeno año tras año? Porque los virus de la influenza del tipo “A” poseen una gran variabilidad, es decir, mutan permanentemente.

Esa inestabilidad es debida a que este tipo viral carece de un mecanismo de “corrección” de los pequeños errores que se producen durante su replicación y, por lo tanto, su genoma sufre mutaciones puntuales con mucha frecuencia, lo cual, periódicamente, resulta en la aparición de nuevas cepas que ocasionan los brotes de gripe estacional que se dan todos los años.

Pero, además, el virus de la influenza A tiene otro mecanismo –más brusco–  de variabilidad que, ocasionalmente, le permite dar el “salto de especie” y desatar una pandemia. Es que, como su genoma está segmentado en ocho moléculas de ARN, se pueden producir intercambios de esos fragmentos entre virus animales y humanos y generarse un virus nuevo, muy distinto a los conocidos, y con capacidad de infectar al hombre.

H1N1

Los virus de la influenza se caracterizan mediante el estudio de dos proteínas de su superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Hoy se conocen 15 subtipos de H (H1 a H15) y 9 subtipos de N (N1 a N9) para los virus influenza tipo A. Todos estos subtipos se multiplican en las aves, que son el reservorio natural del virus. En el ser humano sólo se hallaron N1 y N2, y H1, H2, H3 y H5.

La historia de la humanidad conoce numerosas pandemias de influenza y, sólo en el último siglo, hubo tres. La llamada “gripe española” de 1918, causada por un virus A/H1N1, ocasionó decenas de millones de muertes y continuó dando brotes estacionales hasta el año 1957, en el que surgió un nuevo subtipo, el A/H2N2, que dio origen a la “gripe asiática” que, se calcula, se cobró poco más de dos millones de vidas humanas. Finalmente, en 1968 se produce la “gripe de Hong Kong”, causada por un influenza A/H3N2, con cerca de un millón de víctimas. En cada uno de los tres casos anteriores, el virus nuevo se diseminó por toda la población mundial y reemplazó al anterior.

En 1977, 20 años después de haber perdido su reinado, el A/H1N1 intentó recuperar la hegemonía. Pero, debido a que las personas mayores de 20 años conservaban cierta inmunidad residual, la infección fue limitada. Por ello, hasta 2009 convivieron ambos subtipos: el A/H3N2 y el A/H1N1.

Ahora, la cepa que ocupó el planeta es del subtipo A/H1N1, pero ésta es diferente de la que ocasionó la pandemia de 1918, porque aquella se había originado a partir de virus aviarios, en cambio ésta es de origen porcino.

La vacuna

Las proteínas H y N son antigénicas, es decir, inducen a nuestro organismo a producir anticuerpos contra ellas.

La vacuna, por lo tanto, no es nada más ni nada menos que un preparado que contiene ambos antígenos. Así, su inoculación previa a la llegada estacional del virus hace que nuestro cuerpo tenga listas las defensas necesarias para enfrentar la infección y que, de esa manera, no sea sorprendido por la partícula viral.

Pero, pese a ser un proceso que se repite año tras año, la elaboración de la vacuna no es algo simple. De hecho, el procedimiento completo de fabricación requiere de seis meses. Y a ese lapso hay que agregarle otro período similar, destinado a la caracterización y selección de las cepas virales que serán finalmente utilizadas en la producción del preparado.

Por ejemplo, para que la vacuna que se utiliza cada año en el hemisferio sur esté lista a tiempo (es decir, en marzo), en agosto del año anterior, es decir, seis meses antes, deben estar seleccionadas las cepas virales cuyos antígenos podrán ser utilizados para elaborar la vacuna: “La selección de las cepas es un proceso crucial, porque después hay que decidir cuál de todas las variantes del virus, que se fueron generando entre febrero y agosto en todo el mundo, va a componer finalmente la vacuna. Esto implica analizar las distintas cepas y lograr un consenso, porque la vacuna le tiene que servir a todos los países”, señala Elsa Baumeister, investigadora del Departamento de Virología del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI).

Para obtener suficiente cantidad de antígenos para producir millones de dosis de vacuna, el virus debe ser multiplicado. La replicación se efectúa inyectando la partícula viral seleccionada en huevos de gallina “embrionados”, es decir, que ya poseen un embrión de7 a9 días de edad.

Pero, para que el proceso de multiplicación sea eficiente, es necesario un paso previo: como la cepa seleccionada para fabricar la vacuna no está adaptada a crecer en huevos de ave, se la “mezcla” con otra cepa de influenza que se sabe que se replica muy bien en huevos embrionados. El resultado es un híbrido –denominado “resortante”–  que se reproduce muy bien en los huevos y que produce los antígenos de interés.

Entonces, cuandola Organización Mundialdela Salud(OMS) decide cuál de todos los virus enviados por los distintos países es el mejor para desarrollar la vacuna, lo envía a laboratorios internacionales, que dependen directamente de la institución, para que éstos elaboren los resortantes. Luego, estos híbridos son enviados a las naciones que tienen capacidad de desarrollar la vacuna.

Una vez multiplicados, los resortantes son extraídos de los huevos de gallina y concentrados mediante centrifugación. Luego, son inactivados químicamente y desarmados mediante detergentes. Finalmente, las proteínas H y N son purificadas y envasadas para su distribución.

“En realidad, siempre estamos un pasito atrás del virus, porque el hemisferio sur decide su vacuna en setiembre con las cepas que circularon durante nuestro último invierno y con las que circularon durante el último invierno en el hemisferio norte. Por lo tanto, no vamos a tener en cuenta las que se generen en el próximo invierno del hemisferio norte”, explica Baumeister, responsable del laboratorio que, cada año, caracteriza a los virus de la influenza que infectan nuestro país.

Por el mundo

Por tratarse de un virus muy distinto, el nuevo A/H1N1 que generó la pandemia de 2009 presenta otro desafío para el proceso de elaboración de una vacuna: la necesidad de efectuar ensayos en seres humanos. “La vacuna para los virus estacionales ya fue evaluada oportunamente y se sabe que funciona bien, pero este es un virus completamente novedoso, por lo cual hace falta efectuar ensayos clínicos para evaluar cómo se comporta la nueva vacuna en las personas”, informa Baumeister.

Las principales potencias del norte dispondrán de una cantidad suficiente de la nueva vacuna –que, probablemente, se aplicará en dos dosis por persona–  para enfrentar el próximo invierno boreal. Asimismo, en el último mes de julio, el Ministerio de Salud de Brasil anunció que en ese país se elaborarán 44 millones de dosis. Entretanto,la Argentinay otros países de la región solicitaron ala Organización Panamericanadela Salud(OPS) que les reserve un cupo de vacunas.

Paralelamente, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de nuestro país, a través dela Agencia Nacionalde Promoción Científica y Tecnológica, inició un proceso cuyo objetivo final es lograr una vacuna de producción nacional. Para ello, en el mes de julio lanzó una convocatoria para la presentación de proyectos de investigación y desarrollo que permitan alcanzar la producción a escala piloto de una vacuna parala Influenza A/ H1N1.

Es quela OMSya anticipó que la producción internacional no será suficiente para satisfacer la demanda mundial.

 

Comenzó la distribución

Laboratorios farmacológicos suizos y británicos acaban de sacar al mercado las primeras partidas de una vacuna contra la gripe A.  Los Estados Unidos ya cuentan con ella. Lo mismo quela Unión Europea, que autorizó su venta previo a la llegada de los primeros fríos.

La esperanza nacional

“No creo que lleguemos a marzo”, opina Viviana Molina, Directora del INEI, sobre la posibilidad de contar con una vacuna de producción nacional para el próximo otoño, época en la que se debería iniciar la vacunación de la población.

“Es que no alcanza solamente con tener el conocimiento, también hay que adaptar la infraestructura disponible”, concuerda Baumeister, e ilustra: “Por ejemplo,la Plantadel Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH) de Pergamino produce actualmente vacunas, pero no con huevos embrionados sino con otra tecnología”.

“Seguro que no se va a poder llegar a marzo”, confirma Vilma Savy, responsable del Centro Nacional de Influenza (OPS/OMS) y jefa del Servicio de Virus Respiratorios del INEI, y añade: “Me parece genial que se comience seriamente con este proyecto, porque es una inversión a futuro”.

“Vamos a convocar a todos aquellos actores que están involucrados en diferentes aspectos de la producción de una vacuna”, anuncia, al cierre de esta nota, María Cecilia Freire, Directora Científica –interina– dela Administración Nacionalde Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) y, en referencia al concurso dela Agenciaexplica: “La idea es que en lugar de presentarnos cada grupo por separado, lo hagamos como un grupo integrado”.

Según Freire, la convocatoria incluirá a algunos institutos dela ANLIS(comola Plantade Pergamino, el Centro Nacional de Control de Calidad de Biológicos, el Instituto Nacional de Producción de Biológicos y el INEI) y, además, a grupos de investigación del Instituto “Cesar Milstein” (CONICET) y dela Universidad Nacionalde Quilmes. “Y en el área privada hay interés de los laboratorios Cassará, Immunotech y Paul”, completa Freire.

“Tenemos que unir. Porque no tiene sentido que se presenten diferentes grupos compitiendo entre sí”, opina Vilma Savy.

DEL VIRUS A LA VACUNA · Se evalúa el comportamiento epidemiológico de las nuevas variantes de gripe. · Se seleccionan cepas específicas. · Los virus seleccionados son manipulados para que alcancen una alta tasa de replicación. · Se producen reactivos de referencia para la caracterización del producto vacunal. · Se inoculan los virus semillas en grandes cantidad de huevos embrionados. · Se cosechan los fluidos alantoideos y los viriones son concentrados por centrifugación. · Los viriones son inactivados químicamente y desarmados con detergentes. Las subunidades proteicas son purificadas. Los pooles monovalentes son mezclados y el producto trivalente es verificado. · La vacuna es envasada, etiquetada y liberada.