Aniversario

A medio siglo del primer clic

Se cumplen 50 años de la creación de la carrera de Computador Científico de Exactas-UBA, que fue la primera en la Argentina y en Sudamérica. Sus graduados siguen siendo muy demandados por la sociedad. En homenaje por el aniversario, se inauguró un museo en el Departamento de Computación y se presentó el libro “De Clementina al siglo XXII”, de Pablo Jacovkis.

30 May 2013 POR

Con la presentación del libro “De Clementina al siglo XXI”, del matemático Pablo Jacovkis, y la inauguración del Museo de Historia de la Computación, se recordaron el martes pasado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (Exactas UBA) los cincuenta años de la creación de la carrera de Computador Científico, que fue la primera en la Argentina y en Sudamérica, e  incluso se anticipó en algunos aspectos a los Estados Unidos.

“La carrera de computador científico se creó en 1963, y el primer currículum general en Estados Unidos de la Association for Computing Machinery (ACM) fue en 1968, es decir que la Argentina fue muy precoz”, destaca Jacovkis, profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires y ex decano de Exactas UBA, quien agrega: “La idea de la creación de la carrera era más que nada como auxiliar del científico. El desarrollo inmenso que tendría luego la computación comercial e incluso su impacto enorme en la sociedad no estaba todavía en la mente de, por ejemplo, Manuel Sadosky, que fue uno de los principales promotores de la carrera. Aquí, como en Estados Unidos, el impulso inicial para el desarrollo de la computadora estuvo en manos de científicos, quienes necesitaban hacer cuentas más rápido y con más variables”.

Pablo Jacovkis con un ejemplar de su libro "De Clementina al siglo XXI"

Pablo Jacovkis con un ejemplar de su libro «De Clementina al siglo XXI». Foto: Diana Martínez Llaser

Exactas UBA, antes de dar espacio a esta nueva formación académica, ya contaba con la primera computadora universitaria de la Argentina. “Era una Mercury. Clementina era su nombre de fantasía porque podía reproducir la melodía de esa canción tradicional norteamericana. Este equipo significó el comienzo de la computación universitaria en el país”, reseña Jacovkis, autor del nuevo libro “De Clementina al siglo XXI. Breve historia de la computación en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA”, que repasa los hechos más significativos en la materia.

Este pasado reseñado por Jacovkis –especialista en matemática computacional– cuenta también con un lugar propio en esta casa de estudio. Y es que, a cincuenta años de ese primer clic nacional en formación académica, fue inaugurado el Museo de Historia de la Computación en las vitrinas del hall distribuidor del Departamento. Las puertas se abrieron con la muestra titulada “Historia de las Estructuras de Datos”, a cargo de Pablo Factorovich, pensada, principalmente, para alumnos, graduados y profesionales de carreras de informática y disciplinas afines (ver recuadro).

Nace la carrera

“En la Facultad el desarrollo de la informática se basó en tres pilares: la adquisición de Clementina, la creación y fortalecimiento del Instituto de Cálculo, y la creación de la carrera de Computador Científico, que fue la primera del país y de Sudamérica”, remarca Jacovkis.

Entre los documentos que dan cuenta de su nacimiento, Jacovkis destaca una nota firmada por el entonces jefe adjunto del Departamento de Matemática, José Babini, con fecha 19 de septiembre de 1962, en la que se indica que el claustro “ha considerado un proyecto presentado por los profesores Manuel Sadosky y Pedro Zadunaisky acerca de la posibilidad de la creación de la carrera de computador científico fundándose en la creciente incidencia del uso de la computadora electrónica en las actividades científicas y técnicas, y en la consiguiente exigencia en formar a los expertos necesarios para satisfacer la demanda en esta materia”. La iniciativa en poco menos de un año logró plasmarse tras los trámites de rigor que culminaron con la resolución 727 de 1963 del Consejo Superior de la UBA.

“Si bien la carrera entonces era de tres años y medio de duración, en 1964 –historia Jacovkis–  se pudieron recibir los primeros computadores científicos y esto era porque estudiantes que ya tenían materias de física o de matemática aprobadas, sólo tuvieron que hacer algunas materias faltantes, puramente de computación, para obtener esta especialidad pensada como auxiliar del científico”.

Años más tarde, la carrera pasó a ser una licenciatura de cinco años de duración, y hoy al igual que ayer, no dejó de atraer a numerosos apasionados de esta temática. “Entonces, como ahora, los graduados tienen trabajo asegurado. La cantidad de chicos que estudia computación es siempre menor a las necesidades del mercado”, concluye Jacovkis. Hoy como hace medio siglo, la carrera de computación muestra un futuro promisorio.

 

El nuevo museo de Exactas

“La idea del museo es que sea de computación. En general, los museos de computación terminan siendo museos de computadoras. La idea es que el hardware esté presente pero apunta más al software, que hace más al centro de la computación”, subraya Pablo Factorovich, curador del Museo de Historia de la Computación del Departamento de Computación de Exactas UBA que, a partir de esta semana puede recorrerse en el entrepiso del Pabellón I, de Ciudad Universitaria, en cualquier momento de la jornada con entrada libre.

La primera muestra es “Historia de las Estructuras de Datos” y permitirá al visitante descubrir cuándo y cómo surgieron las estructuras más importantes y qué problemas resolvieron en cada momento de la historia del procesamiento de la información. Las estructuras de datos son una forma organizada de almacenar un conjunto de datos con el objetivo de poder acceder a ellos y modificarlos de manera eficiente, cumpliendo un rol fundamental en el desarrollo de programas.

“Paneles explicativos, monitores que durante todo el día contarán con animaciones y algunas piezas de hardware para ubicar temporalmente a los visitantes son algunos de los elementos con que contará el Museo”, precisa Factorovich, docente de Exactas.

 Las  muestras se irán renovando a lo largo del tiempo y explorarán la evolución de las ciencias de la computación en los últimos 50 años, y están pensadas para alumnos, graduados y profesionales de carreras de informática y disciplinas afines.