etnovinchucas
Chagas

Una enfermedad, muchas voces

En el marco de la Jornada de Etnozoología, que se llevó a cabo en Exactas, un grupo de investigadores expuso sus trabajos desarrollados a partir de este abordaje. Mariana Sanmartino, bióloga y especialista en Ciencias Sociales, planteó la necesidad de que, para combatir el Chagas, resulta imprescindible un enfoque global que sume, a la dimensión médica y biológica, otros saberes científicos y la palabra de la población afectada.

4 Dic 2014 POR
Sanmartino enfocó su trabajo en indagar las concepciones que poseen los diferentes actores sociales vinculados con esta problemática (estudiantes, docentes, campesinos, personas con Chagas en zonas urbanas, integrantes de equipos de salud) con el objetivo de encontrar elementos útiles para elaborar y poner en práctica recursos didácticos para diversos contextos educativos.

Sanmartino enfocó su trabajo en indagar las concepciones que poseen los diferentes actores sociales vinculados con esta problemática (estudiantes, docentes, campesinos, personas con Chagas en zonas urbanas, integrantes de equipos de salud) con el objetivo de encontrar elementos útiles para elaborar y poner en práctica recursos didácticos para diversos contextos educativos.

A cien años de la publicación del primer trabajo científico en el que apareció documentado y desarrollado el término Etnozoología, se llevó a cabo, en el Aula Magna del Pabellón II, una jornada en el cual se precisaron las características de esta transdisciplina. Durante el evento, investigadores formados en diferentes ciencias presentaron los trabajos que están llevando adelante aplicando este marco teórico. Una de ellos fue la bióloga e investigadora del CONICET, Mariana Sanmartino, quien brindó la charla “Vinchucas: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Chagas?”.

Sanmartino es, además de bióloga, especialista en Ciencias Sociales con mención en Salud (FLACSO) y doctora en Ciencias de la Educación (Universidad de Ginebra). “Luego de formarme como bióloga empecé a acercarme a las ciencias sociales en un camino que creí me iba alejando de la biología. Sin embargo, al conocer que mi trabajo estaba vinculado con la etnozoología me di cuenta de que no era una bióloga renegada, sino que, como otros etnobiólogos, estaba recorriendo un sendero alternativo para hacer lo que me interesaba”, reflexiona.

La investigadora expuso una imagen del Chagas como si fuera un rompecabezas compuesto por cuatro piezas, cada una de las cuales representaba una dimensión diferente de esta problemática: biomédica, epidemiológica, sociocultural y político económica. “Como en todo rompecabezas, si falta una de las piezas la imagen deja de estar completa”, asegura.

Sin embargo, cuando se habla de Chagas, habitualmente los discursos suelen quedar restringidos a las visiones biomédica y epidemiológica, mientras que se deja de lado el resto de los aspectos. “Esto ocurre porque tradicionalmente en el discurso vinculado al  Chagas solamente están autorizadas aquellas voces provenientes del ámbito académico, especialmente desde el saber biológico y médico, como si las otras disciplinas y los verdaderos protagonistas de la historia no tuvieran nada concreto para aportar al conocimiento y al control de la problemática, más allá de lo anecdótico”, afirma.

En esa línea, para Sanmartino resulta ilusorio creer que se podrá avanzar en el control de esta enfermedad si no se incorpora el conocimiento de la población que directa o indirectamente se encuentra afectada por este mal. A partir de este abordaje integral, la investigadora enfocó su trabajo en indagar las concepciones que poseen los diferentes actores sociales vinculados con esta problemática (estudiantes, docentes, campesinos, personas con Chagas en zonas urbanas, integrantes de equipos de salud) con el objetivo de encontrar elementos útiles para elaborar y poner en práctica recursos didácticos para diversos contextos educativos.

A medida que fue avanzando en el trabajo, su interés se fue focalizando cada vez más en conocer las variadas concepciones que existen en relación con las vinchucas en poblaciones en las que este insecto forma parte de la vida cotidiana de las personas. A partir de allí, Sanmartino fue exponiendo una variada gama de creencias sobre las vinchucas, recolectadas por ella misma o a partir de bibliografía de diferentes países de la región.

La investigadora contó que uno de los relatos que más llamó su atención fue el “mito de la vinchuca colorada”. “La gente me decía que había varios tipos de vinchuca y que la negra no era peligrosa. La que sí era ponzoñosa era la colorada. Por eso no se preocupaban tanto por las negras que tenían en sus casas”, relata. En algunas zonas de Bolivia aseguran que las vinchucas, al chupar la sangre, sacan del cuerpo otras enfermedades; en Brasil, que son útiles para el tratamiento de enfermedades del corazón; en México, que su consumo tiene propiedades afrodisíacas; en Colombia, la etnia Wiwa, considera que las vinchucas se están cobrando el avance humano poco respetuoso sobre la naturaleza.

Mariana Sanmartino, quien brindó la charla “Vinchucas: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Chagas?. Foto: Diana Martinez Llaser

Mariana Sanmartino, brindó la charla “Vinchucas: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Chagas?». Foto: Diana Martinez Llaser

“Este pantallazo tiene la intención de mostrar que, en torno al Chagas, no hay ignorancia. El hecho de que alguien conteste ‘no sé’, cuando le preguntan si sabe que la  vinchuca transmite una enfermedad, no significa que no haya nada detrás de ese ‘no sé’ sino que hay todo un bagaje de concepciones que son herramientas indispensables para hacer frente a este problema”, sostiene Sanmartino, y agrega, “su indagación resulta el paso previo necesario para pensar y llevar a la práctica cualquier proyecto educativo o de comunicación”.

Asimismo, la investigadora subraya que, cuando hay creencias tan arraigadas, no alcanza con hacer un folleto que diga “la vinchuca colorada no es la peligrosa, la peligrosa es la negra que tenés en tu casa” y repartirlo. Resulta necesario trabajar y dialogar con esas nociones para encontrar las respuestas buscadas.

“Desde mi punto de vista es tan importante entender la biología del vector, como conocer las concepciones que tienen las comunidades que conviven con él. Saber todo eso es parte del conocimiento que, como científicos, debemos alcanzar”, asegura Sanmartino.

Finalmente, la investigadora señaló que forma parte de un grupo multidisciplinario integrado por investigadores, docentes, becarios y alumnos llamado “De qué hablamos cuando hablamos de Chagas” (www.hablamosdechagas.com.ar) que tiene como objetivo promover este abordaje sobre la enfermedad. Entre otros recursos, el grupo desarrolló, junto a CONICET documental,  una serie de animación de cortos de ocho capítulos llamada “Juana y Mateo contra el Chagas”,  que puede verse por el canal PakaPaka.