Inserción laboral de científicos

Un matemático entre millones de datos

Carlos Sarraute se recibió de matemático en Exactas. En los primeros años de su carrera ingresó en la industria informática y, actualmente, trabaja en el área de Big Data. Durante la charla, Sarraute destaca la formación que recibió en la Facultad y asegura que la ciencia de datos es un sector en plena expansión que puede demandar el trabajo de muchos matemáticos, además de físicos y computadores.

10 Jul 2017 POR

Carlos Sarraute. Foto: Exactas-Comunicación.

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– ¿Por qué elegiste cursar matemática en Exactas?

– En el secundario me interesaban muchas cosas. Cuando terminé me anoté en Psicología en la UBA.  Me encantó toda la parte teórica general pero no me veía como analista sino que yo quería seguir trabajando como investigador. Para eso pensé que tenía más posibilidades en Matemática y en Exactas. Así que vine y me anoté.

– En los primeros años de la carrera, ¿tenías una idea acerca de tu futuro profesional?

– No lo había pensado mucho cuando, en segundo año de la carrera, un amigo me invitó a conocer el laboratorio de investigación de Core Security. En ese momento, yo no tenía la idea de trabajar pero vi a un banda de jóvenes tan apasionados por lo que hacían que ingresé en ese grupo y seguí trabajando part time durante toda la carrera. Me vino muy bien porque ahí veía aplicaciones de cosas súper abstractas en temas de criptografía, de seguridad informática. Eso me ayudó mucho para mantener la motivación y el interés durante la carrera.

– No suele ser muy habitual que los estudiantes de matemática trabajen mientras cursan.

– Es así. De hecho, la carrera no tiene muchas materias que uno pueda cursar de noche. Realmente tenía que hacer malabares porque tenía materias a la mañana, al mediodía. Algunos de mis compañeros trabajaban dando clases en el CBC o particulares. Pero estar en una empresa era medio raro. Realmente tuve la suerte de poder combinar bien las dos cosas.

– Cuando estabas terminando la carrera, ¿dudaste en hacer el doctorado?

– Cuando terminé la licenciatura me ofrecieron seguir con el doctorado en el ITBA, en temas que eran los que yo venía investigando en Core. Para mí fue algo buenísimo porque seguía investigando cosas relacionadas con mi trabajo con la vuelta de tuerca académica para el doctorado. La verdad es que todo se fue acomodando casi naturalmente. No tuve que enfrentar caminos que se bifurcaban. Siempre pude trabajar haciendo un puente entre lo que es la investigación académica y la investigación en la industria.

– ¿Evaluaste la posibilidad de presentarte a carrera en CONICET?

– Sí. El problema era que no había en la universidad ningún grupo que estuviera trabajando en los temas que yo estaba investigando, relacionados con seguridad informática y hacking. En ese momento, este tipo de investigaciones estaba asentado en la industria.

"En nuestro caso, en los equipos de ciencia de datos tenemos doctores en Física, en Matemática y en Computación", cuenta Sarraute. Foto: Exactas-Comunicación.

«En nuestro caso, en los equipos de ciencia de datos tenemos doctores en Física, en Matemática y en Computación», cuenta Sarraute. Foto: Exactas-Comunicación.

– ¿Cuándo pasás a trabajar en Gran Data?

– Trabajé en Core hasta el 2012 cuando terminé el doctorado. Ahí, me invitan a sumarme a la empresa Gran Data, en un proyecto que estaba recién empezando en el área de Big Data o ciencia de datos. Fue una muy buena oportunidad  para ingresar en un campo nuevo a investigar cosas que estaban en pleno desarrollo. La empresa es argentina y también tiene oficinas en San Francisco.

– ¿Es habitual la convocatoria de matemáticos para trabajar en empresas de computación?

– En nuestro caso, en los equipos de ciencia de datos tenemos doctores en Física, en Matemática y en Computación. En esta área hay mucha demanda de gente con una formación científica súper sólida que tengan también las herramientas informáticas para desarrollar modelos que corran sobre miles de millones de datos en un tiempo razonable y generen resultados. Son muy importantes las bases científicas, cómo diseñar experimentos, cómo validar los modelos, cómo medir los resultados. Para ese trabajo sirve muchísimo la formación matemática que también tienen los físicos y los que estudian computación en Exactas.

– ¿Es decir que hay un espacio para que los chicos que están estudiando matemática tengan posibilidades de trabajar en el área de Big Data?

– Sí, y es un área que en la Argentina está teniendo un boom. En Estados Unidos ya es impresionante. Cualquiera que tenga algún conocimiento relacionado con la ciencia de datos, busca trabajo como data scientist. Hay muchísima demanda porque hay muchas empresas que tiene estos grandes conjuntos de datos, que no saben bien qué hacer con eso y entonces buscan armar sus propios equipos de ciencia de datos.

– La formación que te da Exactas, ¿resulta útil para insertarse laboralmente en este mercado?

– Me resultó súper útil. Algo que por ahí no tuve tanto en la carrera de Matemática, pero sí lo fui complementando con mi trabajo, fue la parte de programación. Porque para poder hacer todo este tipo de análisis hay que trabajar en alguno de los distintos lenguajes de programación que permiten correr estos modelos y eso es algo que para mí le faltó a la carrera. Como trabajaba en una empresa de computación yo ya programaba todos los días. Pero veía que compañeros míos no tenían esa experiencia y les faltaba esa pata.

– A la hora de tomar a un postulante, ¿las empresas tienen en cuenta si está doctorado o no?

– Nosotros, en particular, lo tomamos en cuenta. Si alguien hizo un doctorado sabés que tiene muchas horas de vuelo, trabajando en resolver problemas, investigando temas que no tienen una solución ya dada, eso lo valoramos mucho. También valoramos la experiencia programando y resolviendo problemas de la “vida real”. Creo que las dos cosas suman. La diferencia, al hacer el doctorado, es que se recibe un entrenamiento que te permite realmente meterte en innovación, en encarar problemas que la experiencia como programador no te lo da. Ahora, alguien que recién terminó el doctorado en cosas muy teóricas, a la hora de entrar en una empresa, va a tener que complementar su formación con más trabajo en la cancha resolviendo problemas concretos.

– ¿Las empresas invierten para complementar los conocimientos de un postulante?

– Sí, porque los conocimientos específicos de un lenguaje de programación que uno necesita para el trabajo los puede aprender en unos meses, pero adquirir toda la base científica te lleva muchísimo más tiempo. Entonces, para una empresa está buenísimo contratar a alguien que ya tiene una formación científica súper sólida y terminar de formarlo para el trabajo específico que va a tener que hacer.

– ¿Cómo ves la relación entre la industria y la academia?

– Nosotros tenemos colaboraciones con muchas universidades. Trabajamos con gente del MIT,  del Instituto de Investigación en Informática Aplicada en Francia, de la Escuela Normal Superior en París, y en Lyon. En Francia o en Estados Unidos, las mismas universidades lo fomentan muchísimo. De hecho, en el área de ciencia de datos, resulta fundamental tener la materia prima para hacer todas estas investigaciones. Y, para tener acceso a esos datos es indispensable tener colaboración con las empresas que los tienen. Esto es clave si queremos que la ciencia de datos crezca en Argentina. En la UBA yo creo que hay una tendencia a transitar este camino pero todavía estamos muy atrás.

– ¿Qué le dirías a un chico que está promediando su carrera de matemática y no tiene una vocación del todo definida?

– Yo le diría que es fundamental encontrar un lugar en el cual uno haga algo que lo apasiona. Puede ser en la universidad o en una industria, esa es una decisión muy personal. Le diría también que mantenga su cabeza abierta, que hay muchísimas posibilidades. El hecho de tener una formación tan sólida le da muy buenas herramientas a alguien que se recibe de matemático. Así que, a mantener la cabeza abierta y a estar muy atento a lo que ocurre afuera de la facultad.